¿Qué tan profundo puede ser el amor hacia nuestra familia? ¿Quienes han llenado nuestro corazón de momentos bellos sin pedir nada a cambio?
El siguiente poema está inpirado en el amor materno que muestran los abuelos
Talves no te lo he dicho
pero amo las grietas de experiencia de tu rostro,
la tierra origen de tu piel,
los perros que vuelan por tus ojos,
la incoherencia de niña
por la que a veces me enojo.
Amo cuando dices que viento suena triste,
el insomnio de tu corta noche,
la terquedad de tu razón
Amo los años que me diste
como madre marcaste mi corazón.
Amo tu resentimiento
y cuando paras las tormentas con tu mano,
tu caminar cansado, tu sazón cuando en la mesa
pones el plato.
Amo las historias de tu infancia,
tu sonrisa espontánea,
la tranqulidad con la que hablas,
las garras de ropa que portas,
el llanto escondido que nadie conforta.
Jose Gutmat
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